Centroamérica avanza en la guerra contra el crimen

Centroamérica dio un paso adelante en la lucha contra el delito, al bajar la edad de imputabilidad a los 12 años. Países como Panamá, Costa Rica, Honduras y El Salvador ya tienen esta medida en vigencia y han tomado la delantera por sobre otras naciones retrógradas, como Guatemala y Nicaragua, que no hacen sino invitar a la delincuencia al establecer que la imputabilidad comienza a la exageradísima edad de 13 años.
La medida se toma con el objetivo de aplacar la ola de delincuencia que sacude las calles y tratar de exterminar las pandillas juveniles, cada vez más numerosas y violentas. Pese a ello, encuentra algunos detractores; amigos del delito y de la violencia que, bajo la excusa de proteger a los niños, piden por la marcha atrás de esta medida. Por otro lado, también recibe ataques de ciertos sectores progresistas, que piden cambiar la "mano dura" por una "mano inteligente", obviando el hecho de que en la escuela los inteligentes siempre terminan golpeados por el abusón. La escuela, modelo a escala de la sociedad, nos mostró repetidas veces que la violencia no puede frenarse con medidas cautas e inteligentes, sino únicamente con más violencia. Tanto en Columbine como en Carmen de Patagones los bravucones siguieron haciendo de las suyas, hasta que los afectados se dieron cuenta de que pensar no era el camino y voltearon unos cuantos muñecos, terminando así con los abusos.

Si en vez de tantos libros hubiera llevado un .38 distinta sería la historia.

No obstante las múltiples críticas, desde Infomarto aplaudimos esta nueva medida; y sin embargo, aún no podemos estar tranquilos. La delincuencia seguirá tomando nuevas formas para azotar la sociedad. No sería nada raro que, tras la baja de la edad de la imputabilidad, las pandillas juveniles pasen de moda y comiencen a aparecer ejércitos de pequeños asesinos, duchos en el crimen, la violencia y las malas artes en general. Si bien la medida es buena, la solución definitiva pasa por otro lado. ¿Cuál? Eso corresponde dilucidarlo a los dirigentes de esas naciones. En su lugar, yo iría averiguando cuánto cuesta el litro de napalm.

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